sábado, 29 de julio de 2023

Krah, el tercer hombre

 


La ultraderechista AfD apunta a Europa y el radicalizado este alemán

Joana Serra






La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), a la que los sondeos colocan en segunda posición en intención de voto a escala nacional, lanzó su pistoletazo de salida orientada a los comicios europeos del próximo año y también a los éxitos que espera cosechar en el este alemán.

“Hay que avanzar hacia una Europa de las Patrias”, proclamó la co-presidenta del partido, Alice Weidel, ante los delegados de su partido reunidos en Magdeburgo, precisamente una ciudad del este de Alemania. El objetivo de la AfD es “recortar” competencias de la que califica como “corrupta UE” para devolverlos a los estados miembros. El enemigo declarado es otra mujer, y también alemana, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen. A ella atribuye la ultraderechista AfD la posición “antidemocrática” de pretender arrinconar a su partido. Se refiere con ello Weidel a la defensa del cordón sanitario que en Alemania siguen observando el conjunto de las fuerzas políticas parlamentarias, incluida la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de von der Leyen y la primera fuerza de la oposición. La reciente andanada del presidente del partido conservador, Friedrich Merz, a favor de abrirse a una “colaboración a escala municipal” con la AfD se zanjó con duras críticas hacia el líder que asumió las riendas del partido tras pasar a la oposición, en 2021, con la retirada de Angela Merkel del poder.

Influyentes voces dentro de la CDU y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) recordaron a Merz que toda cooperación con la AfD, a cualquier escala, está expresamente prohibida por sucesivas resoluciones del partidos suscritas aún con Merkel en el poder y respaldadas –al menos, de palabra-- por el actual jefe del partido. Frente a estas opiniones están las de algunos líderes conservadores del este, partidarios de abrirse al diálogo con la derecha radical.

Pese a las quejas de Weidel, la situación de aislamiento no parece perjudicar a la AfD, al menos en lo que a los sondeos se refiere. Ha escalado a la segunda posición en intención de voto a escala nacional, solo superada por la CDU/CSU y por delante del Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz. En el este del país está incluso en el primer puesto. Y demostrar ese dominio es el objetivo prioritario del partido, más allá de lo que ocurra en los comicios europeos. El próximo año se celebrarán elecciones regionales en tres estados federados del este –Turingia, Sajonia y Brandeburgo--. En los tres estados está la AfD bajo el dominio del ala más radical, encabezada por Björn Höcke, precisamente el líder de Turingia.

A Höcke correspondió de nuevo pronunciar la frase más sonada de la asamblea de Magdeburgo. “Hay muchas razones para rechazar la UE. Esta UE debe ser abolida, en su forma actual, para que surja una auténtica Europa de las Patrias”, afirmó el líder extremista en declaraciones a la televisión pública Phoenix.

Recortar las competencias a la UE es el propósito declarado de la cúpula, representada por Weidel y el co-presidente del partido, Timo Chrupalla. Höcke habla de “abolir” la UE –aunque con el matiz de “en su actual forma”--, lo que va más allá incluso de los orígenes del partido, fundado como formación euroescéptica en 2013.

Las palabras de Höcke no fueron respaldadas desde la tribuna de oradores por ningún representante de la cúpula. Pero todo lo que afirma este líder regional es asumido verbal o mentalmente como propio por sus seguidores, que son el ala dominante del partido. No en vano el líder de la CSU bávara, el conservador Markus Söder, califica a la AfD de “secta de Höcke”, una imagen compartida por representantes de partidos del centro-izquierda alemán.

Höcke es una figura temida dentro de la propia AfD, que ha arrinconado a los llamados moderados hasta provocar que algunos entre sus máximos representantes –el último de ellos, uno de sus co-presidentes, Jörg Meuthen-- abandonen el partido. Pero a la vez es el máximo captador de votos en el este del país, en el antiguo territorio comunista. Es decir, ahí donde la AfD aspira a proclamarse primera fuerza el próximo año, tras haber logrado en este 2023 sus primeras victorias en un distrito e incluso un ayuntamiento, en ambos casos en el este del país.


Krah, el cabeza de lista controvertido para la Eurocámara

La asamblea de la AfD no acabó de delimitar el programa electoral con el que lanzarán su campaña europea, pero sí eligió a su cabeza de lista: Maximilian Krah, considerado un representante del ala más radical del partido y originario de Sajonia, en el este. Como eurodiputado ha dado ya que hablar. Fue suspendido en dos ocasiones como miembro del grupo Identidad y Democracia (ID), al que pertenecen la AfD, la ultraderecha de Marine Le Pen y la Lega italiana. La suspensión estuvo rodeada de sospechas de fraude e irregularidades, pero el toque de gracia se debió a que no respaldó en las últimas presidenciales francesas a Le Pen sino al histriónico Éric Zemmour, representante de la agitación ultra.

Su elección como cabeza de lista es un riesgo para la AfD. No solo por las tensiones que puede crear en el seno de ID, sino porque pueden reabrirse las investigaciones por sospecha de fraude.

“Somos el partido más excitante de Europa”, proclamó un desafiante Krah tras su elección. Al cabeza de lista de la ultraderecha alemana le apoya explícitamente su cabecilla del ala más radical, Björn Höcke. La AfD confía despegar en las europeas del próximo mayo, desde su condición de partido originariamente euroescéptido. A ese despegue debe seguir, ya en septiembre, el triunfo a que Höcke ansía en su feudo, el “Land” de Turingia, donde los sondeos sitúan ahora mismo a la AfD en un 32,9 % de los votos. A escala nacional, se le atribuye un 20 %.