lunes, 3 de diciembre de 2007

La líder global


Merkel globaliza a la CDU y arrincona a sus socios socialdemócratas
 
Gemma Casadevall

Hannover (Alemania), 3 dic (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, cerró hoy el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con su formación cohesionada como nunca en torno a su líder, decidida a ser un partido "global" y a arrinconar al socio socialdemócrata en la gran coalición que gobierna el país.
El congreso de Hannover quedó marcado por una frase de Merkel -"Aquí en el centro estamos nosotros y sólo nosotros"- y la proclama, contagiada a todos sus correligionarios, de que el Partido Socialdemócrata (SPD) ha retrocedido hacia un socialismo dañino.
"Libertad o socialismo" es el eslogan que su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) ve ya como caballo de batalla electoral, tanto en los comicios regionales del próximo año como en las generales de 2009, afirmó el líder de los bávaros, Erwin Huber.
Hannover, patria chica del ex-canciller Gerhard Schröder, se convirtió en plataforma idónea de esa estrategia. De ahí salió la proclama de Schröder en 1998, siendo aún candidato a la cancillería, de que el SPD representaba el nuevo centro.
A la teórica traición a ese principio se consagró Merkel, amparada en que los socialdemócratas incluyeron el término socialismo en el programa aprobado el pasado octubre.
Pese a que Schröder no representa ya al SPD, y menos aún al que ha girado a la izquierda, el ex-canciller fue uno de los personajes más vapuleados en el congreso. Se llegó a decir que no fue un gran canciller, pese a que con la boca pequeña se admite que los logros económicos de hoy empezaron con las reformas emprendidas por él.
Merkel no dudó en arremeter contra su socio en la gran coalición, hasta el punto que resultaba chocante imaginársela presidiendo el próximo consejo de ministros con tales teóricos "enemigos".
Ni a conservadores ni a socialdemócratas les interesa pasarse el resto de legislatura en situación de campaña electoral permanente, así que, fuera de mítines, se supone que guardarán las formas.
El programa del SPD -o, concretamente, el párrafo referido al socialismo- acaparó más atención en Hannover que el objeto central del congreso, la aprobación del propio texto programático.
El programa, aprobado casi por unanimidad, hace equilibrios para contentar a todas las alas de la formación, muy al estilo de Merkel.
Toca todas las teclas, incluidos ámbitos tradicionales de otras formaciones -ecología, justicia social, etc-, como si de pronto no fueran necesarias otras fuerzas políticas.
Se define como una formación de centro, de raíces conservadoras, cristiano sociales y liberales, formado bajo los principios de la libertad, la solidaridad y la justicia, al mismo tiempo que garante de un patriotismo "consciente" del pasado de Alemania.
Con clara voluntad "globalizadora" y de dar respuesta a las inquietudes del ciudadano, la CDU asume como propia la lucha contra el cambio climático -cuestión que lleva el sello de Merkel-.
Hace apostolado de la economía social de mercado y da un "sí, pero no" a cuestiones como la extensión de un salario mínimo en algunos sectores, si ello no implica mermar su competitividad.
Se reconoce un partido que fomenta la integración de los inmigrantes y de sus hijos en su sociedad, desde el principio de la igualdad de derechos, pero les exige la identificación con el país, incluido el reconocimiento de la cultura de referencia alemana.
Entre las frases notables del congreso quedó la de Merkel proclamando que "un minarete no debe ser más alto que una iglesia", puesto que la cultura de referencia es de raíz cristiana.
La CDU reconoce la familia como núcleo de la sociedad y los hijos el núcleo de la familia. La decisión a favor o no de la familia y los hijos es libre, sigue, y respeta otras formas de convivencia fuera del matrimonio. Rechaza, sin embargo, la plena equiparación de esas otras formas con una pareja entre un hombre y un mujer.
Al margen del programa, se aprobación resoluciones de compromiso, como la que prioriza la investigación con células madre adultas -no las embrionarias-, u otra que apuesta por proteger a las empresas alemanas de participaciones "no deseadas" extranjeras.
Se trata del tercer programa de la CDU, desde los aprobados en 1978 y en 1994, ya que los anteriores textos, de 1947 y de 1953, tenían carácter electoral y no fijaban las esencias de la formación.
Para la oposición, es un programa acomodaticio. Merkel, segura de sí misma, cerró el congreso entonando el himno nacional flanqueada por Roland Koch y Christian Wulff, primeros ministros de Hesse y Baja Sajonia.
Es decir, dos antiguos "rivales internos", ahora acomodados y hasta satisfechos de la fortaleza de su jefa, en parte porque en sus respectivos estados hay elecciones regionales el próximo año y todo apunta a que la CDU saldrá triunfante. EFE gc/jcb/lab