lunes, 3 de abril de 2023

Giro en el país de los felices

 

Finlandia gira a la derecha, ante su virtual ingreso en la OTAN


Joana Serra


La derecha moderada de Petteri Orpo, líder de la Alianza Nacional o "Kokoomus", se apuntó una muy ajustada victoria en las elecciones legislativas de Finlandia, convertida ya en miembro virtual de la OTAN. La socialdemocracia de Sanna Marin, la carismática primera ministra del país, se quedó luchando por el segundo puesto, que finalmente perdió al verse superada también por la pujante ultraderecha de los Verdaderos Finlandeses, liderados por Riikka Purra.

Escrutados el 98 % de los votos, la derecha moderada de Orpo obtuvo un 20,6 %, mientras que la ultraderecha se situó en 20,2 % y los socialdemócratas quedaron en un 19,9,%.

"Nosotros llevamos propugnando el ingreso en la OTAN desde hace décadas. Nuestro propósito es lograr una coalición fuerte, es todo lo que puedo decir hasta el momento", afirmó Orpo, en una comparecencia ante los medios extranjeros, mientras anunciaba el inicio de negociaciones de coalición “con todos los partidos” del fragmentado panorama político finlandés. Marin ha necesitado para gobernar cuatro aliados en esta legislatura.

"Es pronto para hacer interpretaciones", resumía Purra, con cara de cierta decepción pese al avance, puesto que su partido aspiraba al primer puesto y a asumir el máximo protagonismo para el país nórdico y nuevo miembro de la Alianza Atlántica. "Lo que está claro es que los finlandeses quieren seguridad, no solo a través de la OTAN, sino también en el interior del país", añadió la líder del partido euroescéptico y antiinmigración.

Las primeras proyecciones inmediatamente después del cierre de los locales, basadas en el llamado voto avanzado y del procedente de los votantes en el exterior, habían mostrado un empate entre
Marin y Orpo, mientras que Purra quedaba por entonces supuestamente descolgada a un tercer puesto.

Dicho voto avanzado surge de los 1,7 millones de electores que habían depositado su papeleta la semana anterior a la jornada electoral y que en esta ocasión representaban más de un 40 % del total de ciudadanos con derecho a voto. Cuando se entró en el 70 % del voto real el conteo empezó a beneficiar al partido de Purra, quien debutaba como líder de los Verdaderos Finlandeses.

Marin encajó con rostro de alivio los primeros resultados y esperó antes de lanzarse a hacer declaraciones. Finalmente admitió la derrota y felicitó a Orpo, con quien puede llegar a formar la siguiente coalición, aunque ya desde la posición de socio menor y sumando algún otro aliado.

El avance de la ultraderecha a niveles que se habían considerado hasta ahora propios de los grandes partido es un rasgo común en todo el ámbito nórdico europeo.


La vecina Suecia convirtió al radicalismo derechista representado por los llamados Demócratas Suecos en árbitros de la agenda política, al ascender a la categoría de aliados externos de la coalición de centro-derecha que dirige desde el año pasado el moderado Ulf Kristersson. Fue como resultado de las elecciones celebradas el año pasado, donde la entonces primer ministra socialdemócrata Magdalena Andersson logró defender la posición de primera fuerza para su partido, pero no consiguió la mayoría suficiente para su bloque de centro-izquierda.

Las elecciones finlandesas de este domingo se producen en un momento crucial para el país nórdico, al que faltan apenas unas formalidades para consumar su ingreso en la OTAN, una vez disipadas las objecciones que mantuvo durante meses Turquía. Suecia, por contra, está aún pendiente de lograr el visto bueno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien tiene por delante las elecciones en su propio país, el 14 de mayo próximo.

Hay mucho en juego en el tablero político, en un momento en que la OTAN refuerza su flanco nórdico y báltico y mientras Turquía hace sentir el peso que se le reconoce como miembro de gran valor estratégico entre las potencias occidentales de la Alianza Atlántica. Es un socio a menudo incómodo, pero al mismo tiempo irrenunciable, como ha demostrado una vez más el conflicto de Ucrania y su papel de mediador -junto con la UNO- en el acuerdo con Kiev y Moscú para desbloquear las exportaciones de grano ucraniano.