Alemania inscribe a Zelenski en la elite europea a través del premio Carlomagno
Joana Serra
"El premio Carlomagno es el 'who is who' a las grandes figuras del proyecto europeo. Europa tiene mucho que agradecerle a Volodímir Zelenski y al pueblo de Ucrania", proclamó el canciller Olaf Scholz, en su discurso de entrega al presidente ucraniano del histórico galardón, desde la Sala de Coronación de la ciudad alemana de Aquisgrán. Fue una ceremonia revestida de homenajes al "inconmensurable valor" de los ucranianos, tanto de Scholz como de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y del primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki.
"No puedo imaginar ningún destinatario más merecido", afirmó von der Leyen, representante a escala europea, como el jefe del gobierno polaco, del incondicional apoyo a Kyev.
Zelenski llegó a Berlín la medianoche de sábado a domingo, tras su visita al Vaticano y, según fuentes diplomáticas, con intención de seguir viaje a París. En Berlín llevaba días el gobierno de Scholz tratando de no dar por segura una visita que había sido filtrada ya por varios medios, pero que de acuerdo a la tónica de Kyiv no se podía anunciar porque todo depende de la situación en el frente.
Todo movimiento del presidente ucraniano va envuelto en enormes dispositivos de seguridad. Es el líder más expuesto del momento. Scholz no podía permitirse ningún desliz, puesto que las relaciones entre Berlín y Kiev han pasado por demasiados altibajos.
A Alemania se le reprocha haber sido una potencia europea condescendiente con Putin desde tiempos de su gran amigo, el canciller Gerhard Schröder, pieza fundamental en la relación de dependencia energética de Berlín respecto a Moscú. Los 16 años de Angela Merkel en el poder no solo no cambiaron esta dinámica, sino que incluso la acrecentaron.
Desde el inicio de la invasión rusa, Scholz ha prometido la máxima solidaridad a Kyiv. La llegada del líder a Berlín estuvo precedida por el anunció de otros 2.700 millones de euros de ayuda, que hacen subir el monto final a 17.000 millones de euros. Alemania es el primer contribuyente europeo a la ayuda militar a Ucrania, solo superado por Estados Unidos, admitió Zelenski en Berlín.
Pero también ha sido el país que frenó -aunque finalmente accedió- los suministros de los tanques Leopard2 a Kyiv, además de seguir rechazando el envío de cazas occidentales.
El Carlomagno es un galardón con carácter de histórico, que año a año desde 1950 distingue personalidades políticas o instituciones destacadas por su aportación al proyecto europeo.
Lo han recibido desde cancilleres alemanes, desde Konrad Adenauer a Merkel, y presidentes franceses, como Emmanuel Macron, a dos papas, Juan Pablo II y Francisco -en 2004 y 2016, respectivamente-, así como algún rey -como Juan Carlos I, en 1982- e incluso un presidente de Estados Unidos -Bill Clinton, en el 2000-
También lo recibió Felipe González, en 1993 siendo presidente del gobierno español, o Javier Solana, en 2007 como secretario general de la OTAN, así como Salvador de Madariaga, en 1973.
En 2022, con Europa ya bajo tensión por el rumbo hostil de Moscú, lo recibieron las líderes de la oposición bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya, Veronika Zepkalo y Maria Kolesnikova.
El homenaje al coraje de las opositoras bielorrusas tuvo ya algo de premio honorífico a Zelenski, que empezaba a asombrar al mundo como líder inesperado y capaz de plantar cara a Rusia, unos meses después del inicio de la invasión a su país.
