
Archivo - Imagen de archivo de Madeleine McCann. / MERCURY PRESS / ZUMA PRESS
Gemma Casadevall Berlín 17 SEPT 2025
Tras siete años en la cárcel por la violación de una anciana estadounidense, salió de la prisión alemana de Sehnde (centro de Alemania) Christian Brückner, sospechoso del caso de Madeleine McCann, 'Maddie', la niña británica desaparecida en mayo de 2007 del apartamento de Portugal donde dormía junto a sus hermanos gemelos. Hay múltiples pistas que vinculan a Brückner con la desaparición, presunto secuestro y tal vez asesinato de la pequeña, de tres años entonces. Pero ni el hecho de que este ciudadano alemán, de 48 años, con antecedentes por otras agresiones sexuales a mujeres adultas y pederastia, además de posesión de drogas, estuviera en las proximidades del lugar donde pasaban sus vacaciones los McCann, según la señal de su teléfono móvil, es ‘indicio suficiente’ para una acusación formal contra él.
Su salida de la cárcel estaba prevista para este miércoles. El semanario político ‘Der Spiegel’ y el sensacionalista diario ‘Bild’ habían informado de que a Brückner se le ha retirado el pasaporte y de que llevará una tobillera electrónica para controlar sus movimientos. Pasadas las nueve de la mañana salió del recinto penitenciario un Audi negro de alquiler, con Brückner en el asiento junto al conductor, su abogado. Decenas de cámaras de televisión de medios británicos, alemanes y portugueses estaban apostados desde la víspera ante la cárcel de Sehnde, ciudad cercana a Hannover.
Años de investigaciones infructuosas
El caso de Maddie sigue abierto. La pequeña desapareció mientras sus padres cenaban con unos amigos en el mismo complejo donde pasaban sus vacaciones de Praia da Luz, en el Algarve. Brückner vivía en esa zona y subsistía con trabajos ocasionales, además de robos en establecimientos vacacionales La policía portuguesa barrió repetidamente los alrededores del lugar. El caso fue asumido en paralelo por Scotland Yard. En 2023 se emprendió una nueva búsqueda en un embalse a 50 kilómetros de Praia de Luz donde asimismo estuvo Brückner. Pero no se hallaron pruebas concluyentes ni rastros de ADN de la niña en su vehículo. Un compañero suyo de esa época aseguró, según medios alemanes, que le confesó haber matado a la pequeña.
En 2019 fue condenado en Alemania por la violación en 2005, también en el sur de Portugal, de una estadounidense de 72 años. En 2024 se abrieron investigaciones contra él por violación y abusos de menores, pero no se hallaron pruebas concluyentes. La Fiscalía presentó recurso, aún pendiente, contra su absolución. Ello justifica las medidas de control adoptadas, como la tobillera electrónica y la obligación de presentarse regularmente ante las autoridades de su distrito. Uno de los forenses que declaró en el proceso contra él le calificó de altamente peligroso. En prisión no ha seguido ninguna terapia ni cooperado con los servicios de psiquiatría.
La propia defensa de Brückner ha advertido que no puede esperarse una reinserción armónica de su cliente, aunque lo atribuye a los ‘prejuicios sociales y mediáticos’ contra él. La fiscalía alemana insiste en que, en sus cinco años de investigaciones no se han materializado las pruebas contra él, pero tampoco se han disipado las sospechas de implicación en la desaparición de Maddie. Para sus padres, Kate y Gerard, el caso sigue abierto, tras haber dado la vuelta al mundo, incluido el Vaticano, en busca de apoyos a su búsqueda.